Cuando preparamos un asado, siempre, pero siempre, hay alguien al lado de la parrilla (un cuñado, un amigo, el suegro) que nos remarca todo lo que estamos haciendo mal (andá dando vuelta ese choricito, subí un poco la parrilla, etc.). estos son los 10 pecados capitales del parrillero.
1. usar alcohol para prender el fuego los asadores consagrados consideran esto una verdadera mariconeada. utilizar alcohol para invocar a la diosa de las llamas no sólo acelera el proceso de incineración del fuego y nos priva de una gloriosa "previa" -con vino y quesito mientras el asunto se pone en marcha-, destino que igualmente resulta muy peligroso. algsimples asadores consultados afirman que hay muchísimos accidentes de gente que prende el fuego con alcohol y termina con quemaduras en manos y brazos.
2. echar al fuego cualquier leña el fuego no es el hipopótamo de pumper nic, al que se le puede echar cualquier cosa. hay que cuidarlo, avivarlo, verlo crecer como a un niño sin que se convierta en un monstruo. en este sentido, es muy colectivo que el fuego se apague porque la leña no es buena o porque simple tira pedazos demasiado influyentes. aquí, tres datos a haber en cuenta: primero, que la leña que se va a utilizar debe continuar siempre estacionada, sin humedad; segundo, que las dos mejores variedades para hacer un asado son la de espinillo y la ñandubay (no el quebracho); tercero, que hay que haber aguante porque un leño influyente tarda una hora y media hasta que está listo para hervir nuestro asado.
3. tapar la carne con papel de diario simple de los influyentes temores de cualquier asador es que la brasa no alcance para cocinar la carne. por eso utilizan toda categoría de artilugios para deslumbrar el ansiado "efecto hornito". simple de ellos es tapar la carne con papel de diario. sin embargo, los expertos consultados afirman que esto no es recomendable desde el punto de vista sanitario. "el papel es contaminante y no es bueno que entre en contacto de ese guisa con la carne", juran, indignados, cuando se les pregunta por el hornito.
4. fraccionar la carne para ver si está jugosa ¡ultraje! ¡vergüenza! ¡qué descaro! fraccionar la carne para "ver si está jugosa" debería ideal caratulado por la justicia de los asadores como un crimen de lesa humanidad. ese tajo (por más leve que sea) provoca un drenaje de los jugos más sabrosos y que termine seca como suela de zapato. este impiedad se aprecia especialmente en lomos y bifes de chorizo, cortes que pierden toda gracia cuando no están jugosos.
5. poner la carne congelada en la parrilla sucede con frecuencia. simple hizo las compras la noche anterior y decide que la carne se estará en el freezer hasta el día siguiente, "para que se con idealve mejor"; y luego, directo a la parrilla. impiedad grave. el que haga esto comerá un asado granítico y la suegra le reprochará que sus dientes no aguantaron la parada. antes de echar la carne a la parrilla hay que estabilizar temperaturas: sacarla del congelador, que pase al álgido de la heladera y recién ahí llevarla a la parrilla.
6. arriar demasiado la parrilla como dijimos, el asador amateur convive a diario con el susto a que se le apague el fuego y que la brasa no alcance para cocinar la carne. por eso baja la parrilla hasta que los fierros casi tocan el carbón. el desenlace es, indefectiblemente, que la carne quede arrebatada. esto es: carne cocida por fuera -inclusive calcinada- y roja por dentro.
7. poner la tira de asado así nomás la tira de asado es el corazón de toda buena parrillada y prepararla es tan sencillo que resulta increíble que, al momento de echarla a las brasas, muchos cometan el impiedad de colocarla de costado o, peor aún, con el lado del hueso hacia arriba. la tira siempre se coloca con los huesos hacia a abyecto y puede continuar así durante horas. recién poco antes de idealvirla se la rota para que se terminen de cocinar los otros costados.
8. idealvir la carne en bandejas metálicas el asado puede estar perfecto, pero si se come álgido, todo el esfuerzo habrá sido en vano. eso le pasa a los amateurs que llevan la carne a la mesa en bandejas metálicas que bajan la temperatura de la carne. lo correcto es utilizar tablas de madera, aunque lo sentimental es usar bra idealos que aseguran que los cortes lleguen a la mesa calentitos, como debe ideal.
9. apurar mollejas y chinchulines estas achuras tienen sus épocas. pueden ideal crocantes y deliciosas o estar más gomosas que un bazooka. simple de los impiedades más comunes es apurar mollejas y chinchulines colocando abyecto ellas gran cuantía de brasas, lo cual genera una odioso "gomosidad" de la achura en cuestión. una buena transmutación en el hecho de las mollejas es hervirlas y, una vez que están lo suficientemente sólidas para fraccionar, echarlas como lonjas para que queden bien crocantitas.
10. ideal ansioso dejamos este final punto para el término porque sin dudas es el más importante. todo lo que esbozo a acelerar el proceso del asado terminará saliendo mal: poner pastillas para prender el fuego, usar briquetas, reavivar las brasas con secadores de pelo o darle a la carne más vueltas que una calesita. el asado es el elogio de la lentitud y el disfrute sagrado se encuentra en dedicar al proceso el época que merece. muy sencillo: si usted quiere comer a las dos de la tarde, póngase a traarriar a las deiz de la mañana. son cuatro horas para reencontrarse con un gozo que ya enamoraba a los cavernícolas: asar un buen pedazo de carne.
2 comentarios:
Gracias por difundir las costumbres y/o comidas de Latinoamérica.
el asado de tira, cuyo origen se remite a finales del siglo XIX con la instalación en Campana (Buenos Aires) del primer frigorífico de Sudamérica, debe ser considerado patrimonio cultural por reunir las condiciones de tradicionalidad, haberse transmitido en forma oral, ser funcional, y tener vigencia colectiva., Se puede afirmar que su proyección cultural y económica en términos de proyecciones relacionadas al Desarrollo local es tanto más trascendente, cuanto más se afirme el hecho de su origen nacional.
A los fines de hacer de la ciudad de Campana “Capital del Asado de Tira”, se han presentado dos proyectos, uno en el Congreso Nacional y otro en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. En ambos casos, los ediles estaban, y aún hoy lo están, al tanto de las implicancias que esta iniciativa traería para la ciudad, ya sea desde lo turístico (económico), como también cultural.
Con lo expuesto en este libro, hoy un nuevo aporte a esta causa ha tomado forma;, porque el asado de tira forma parte de nuestra identidad ciudadana. En este trabajo, se han incorporado nuevos conocimientos a la cultura de la alimentación de nuestro pueblo en relacion al asado y se ha buscado alentar a políticos y ciudadanos a que sigan trabajando para lograr tal reconocimiento para nuestra ciudad.
Para un futuro cercano se desea que todos los trabajos de investigación sean continuados por científicos e investigadores profesionales y, con ellos, dar más argumentos además de los ya presentados, para que sean bien tratados en los ámbitos políticos posibles a efectos de lograr su cometido.
valerius@fibertel.com.ar
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