La Parrilla


Las parrillas y los artefactos para asar El simple fogón Hubo una vez un tiempo, en que la felicidad no era una cajita… Surgían los primeros puestos de chorizos por la costa marplatense y de otras costas argentinas. Improvisados y esperanzados muchachos, empleaban todo el ingenio para poner de pie sus puestos mediante unos pequeños ahorros, algo de crédito y mucho corazón. Los establecimientos no eran que digamos el símbolo de la prolijidad, ni del cumplimiento a tabla rasa de las ordenanzas municipales. Por eso el gusto era original, auténtico y nuevo.
Los ‘choripaneros’ servían quemaditos chorizos en crujiente pan francés. Había que comerlos de parado y encorvados: pocos se salvaban de una gran mancha sobre la camisa a la altura de la pancita… o sobre los zapatitos nuevos; otros jugos se mezclaban en el enripiado piso con las colillas de los cigarrillos. “El Gringo”, “Fierrazo”, “El Fogonero”, eran los nombres de todas las noches, para comer una hamburguesa, un lomito o un choripán.
La simple parrilla Ya tiene campana y rara vez pulmón, generalmente ubicada en espacios abiertos, con chimenea de poca altura. Económica en todo sentido, todavía el engrillado no tiene sistema de levantamiento para acercarlo más o menos a la braza. Es una parrillas que hace todo un endiablado humo al encenderla, por fin y solamente, cuando empiezan a quedar las brasas, se le puede uno acercar. Es el momento que el parrillero pone la carne, ¡menos mal! Recién cuando la parrilla se ubica en un espacio cerrado, se empieza a tener la necesidad del pulmón y del sistema levadizo.
Pero siempre algunos humitos rebeldes vagarán por las cabriadas del quincho. Descripción: Esta parrilla siempre se emplaza en espacios abiertos con accesorios varios: pileta de lavar, armarios, pérgola, bancos o sillas y mesas o caballete y tablones. El humo, especialmente al comienzo de la combustión de la leña o carbón, sigue los caprichosos remolinos de aire que son propio de los patios encerrados. Es inconfundible para los vecinos esta puesta en marcha para hacer un asado. Por el hecho de ser una parrilla simple y económica, generalmente el artefacto se compra hecho y listo para empotrar, con sistema de cadenilla para acercar o levantar el emparrillado.
La chimenea es corta: sería un gasto enorme realizarla y hacerla salir a los cuatro vientos… Pero es así: después del fogón y antes de la soñada parrilla sin humo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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