El Dulce de Leche

Existen diversos relatos en relación al origen del dulce de leche. Sin embargo es difícil establecer cuál es el verdadero ya que muchos de los países donde se lo produce se atribuyen su invención. En Argentina existe un relato popular y legendario que fecha su invención hacia el año 1829 en instancias en que estaban por reunirse para firmar un pacto de paz Juan Manuel de Rosas y su enemigo político (y primo hermano) Juan Lavalle en la estancia del primero en Cañuelas, a las afueras de Buenos Aires. Lavalle fue el primero en llegar y, fatigado, se recostó sobre el catre de Rosas, quedando dormido.
La criada de Rosas, mientras hervía leche con azúcar (preparación conocida en esa época como lechada) para acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo sobre el catre de su patrón. Ella lo consideró una insolencia y fue a dar aviso a los guardias.
Poco tiempo más tarde arribó Rosas, quien no se enfadó con Lavalle y pidió a la criada el mate con leche. Ésta recordó en ese momento que había abandonado la leche con azúcar al fuego, dejándola calentar durante un largo tiempo. Al regresar a buscar la lechada, la criada se encontró con una sustancia espesa y amarronada.
Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto, dando así un origen accidental al dulce de leche. En el caso de Chile, que nunca ha reclamado paternidad sobre el producto, existen registros de su consumo desde épocas coloniales.
El historiador Víctor Ego Ducrot, en su libro: Los sabores de la Patria, explica que la anécdota de Rosas es una mistificación derivada de otra acontecida 12 años antes.
Indica que la difusión del producto hacía Argentina y Perú se habría producido tras la llegada del Ejercito Libertador de Los Andes a Chile en el año 1817 y el principal responsable de la promoción del producto fue precisamente el libertador argentino, José de San Martín, a quien en lugar de la lechada se le ofreció "manjar" para endulzar su mate.
San Martín, un reconocido sibarita, le gustó de tal forma el manjar de leche que decidió llevarse varios frascos en la expedición libertadora del Perú, para él y su hombres. En su retorno hacía La Plata se llevó otros fracos junto a la receta para producirlo.
No obstante, antes de eso, en el siglo XVII, el Colegio de Mendoza reporta en su libro de gastos la importación de varios frascos de 'manjar de dulce de leche chileno' más sus respectivos cajones de embalajes, todos provenientes de Santiago. Este reporte, consignado por el arquitecto argentino Patricio Boyle, durante el Primer Seminario de Patrimonio Agroindustrial de Mendoza, año 2008, es uno de los tantos que constan en archivos históricos tanto argentinos como chilenos.